Buenas Prácticas

El programa ha sido evaluado mediante tres estudios en España: (i) un estudio cuasi-experimental en Mallorca (1984) realizado en 15 escuelas y en el que participaron 261 estudiantes cuatro meses después de finalizar el programa; (ii) un RCT en Baja (1988), realizado en 12 escuelas con 376 estudiantes, un año después de terminar el programa; y (iii) un estudio cuasi-experimental en Sant Just Desvern y Viladecans (tesis doctoral, 1985), realizado en 2 escuelas con clases seleccionadas aleatoriamente, y en el que participó una pequeña muestra (n = 84 estudiantes en ambos grupos); las pruebas postest se realizaron cuatro meses, un año, y dos años después de completar el programa.

El primer estudio (QED) encontró que el consumo por parte del grupo de intervención estaba por debajo del consumo medio del grupo control. Además, las borracheras se redujeron significativamente. Los conocimientos sobre los tipos de drogas (más alto en el grupo de intervención que en el grupo control) y sobre las consecuencias del abuso de sustancias aumentaron de manera significativa. Las actitudes hacia el futuro uso de las drogas se analizaron de manera descriptiva ya que el cuestionario no estaba suficientemente dirigido a medir la comprensión de las influencias externas sobre el consumo. Aumentó la aceptación de los mecanismos de control social e institucional relacionados con el consumo de sustancias y se redujeron las embriagueces durante los últimos seis meses y el dinero gastado en alcohol. Los resultados indicaron que los estudiantes de alto riesgo no se vieron afectados o fueron menos afectados por la intervención.

El segundo estudio (RCT) encontró que el consumo de alcohol y tabaco aumentó significativamente en el grupo control, mientras que permaneció en el mismo nivel para el grupo de intervención. En el grupo de intervención aumentaron las reacciones racionales a las drogas y se redujeron las reacciones agresivas hacia las medidas de control (leyes o adultos). Hubo actitudes menos favorables hacia las drogas entre el grupo de intervención, sin embargo, no hubo ningún efecto en la toma de decisiones. De manera similar, el grupo de alto riesgo no se vio afectado o se vio menos afectado por la intervención. Solo los no consumidores mantuvieron su actitud de no consumo, mientras que los consumidores no redujeron su consumo (y los participantes del grupo de control sí aumentaron su consumo).

El último estudio (tesis doctoral / QED) encontró que el grupo de intervención mostró una gran preocupación por los riesgos para la salud antes de consumir y esto pareció influir a dicho consumo. El tabaquismo disminuyó en el post-test pero aumentó en el seguimiento realizado un año después. A pesar de no registrarse una disminución significativa en el consumo de drogas en el grupo de intervención, hubo un aumento en el grupo control (por tanto, el programa tuvo alguna influencia). A los 4 meses, hubo una disminución del consumo de alcohol, del tabaquismo y del consumo de tabaco de fin de semana, pero no hubo ninguna disminución de los fumadores diarios. Dos años después de la intervención, se halló un ligero aumento del número de nuevos bebedores en el grupo de intervención, no obstante, en el grupo control se registró un aumento significativo. No se registraron efectos iatrogénicos.