Evidencia

Prevención guiada por pares en la comunidad


Área: Prevención y reducción de riesgos
Ámbito: Selectiva
Entorno: Comunitario
Nivel de evidencia: Baja evidencia
Nivel de eficacia: BAJA MEDIA
Campo de actuación: Cannabis, Cocaína, Drogas de síntesis, Anfetaminas, Opiáceos
Destinatario Adolescencia - Juventud
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Fecha de consulta: 25/04/2024
Descripción de la estrategia

Esta estrategia se basa en lo que se conoce como la educación entre pares. La educación entre pares, en el ámbito de la salud, se entiende como “la utilización de educadores de la misma edad o de la misma formación para transmitir mensajes educativos a un grupo destinatario… La labor de educadores inter pares que respaldan conductas, doctrinas y normas “saludables” dentro de su propio grupo o comunidad de semejantes y que se enfrentan con las que no son “saludables” (ONU, 2003, p. 9).

Lo prometedor de estos enfoques nace de la idea de que los jóvenes aprenden unos de otros.  La credibilidad entre compañeros es mayor, dado que tienen un trasfondo cultural compartido y que pueden tener una mayor comprensión y empatía en torno a los comportamientos relacionados con la salud. Los iguales pueden actuar como modelos positivos que pueden reforzar los mensajes sobre conductas saludables (MacArthur, Harrison, Caldwell, Hickman, & Campbell, 2015).

Se han empleado programas basados en pares para prevenir el consumo de sustancias, el comportamiento de riesgo sexual, la prevención del VIH y el bienestar psicosocial entre los jóvenes (Calafat, 2010; Petosa & Smith, 2014; Webel, Okonsky, Trompeta, & Holzemer, 2010). En España, en el marco del ocio, podemos encontrar iniciativas de este estilo entre las que cabe destacar las de Energy Control (Calafat, 2010)

También es reseñable la aparición de programas de apoyo por pares en la recuperación de problemas de abuso de sustancias a través de comunidades virtuales (Rubya & Yarosh, 2017)

Resumen de la eficacia

 

La revisión sistemática y metaanálisis de MacArthur et al. (2015), recoge los resultados de 17 ECAs (ensayos controlados aleatorizados), solamente uno de ellos se llevó a cabo en el ámbito comunitario (Rosenblum et al., 2006) el resto son de ámbito escolar. Dicho estudio también se recoge en la revisión Cochrane de Thomas, Lorenzetti, y Spragins (2011). Los resultados sostienen que la asistencia de los adolescentes, hijos de padre o madre con VIH+, a las sesiones con los compañeros mentores, se asocia con un menor número de conductas de riesgo de consumo de sustancias (tabaco, alcohol y cannabis).

En otro estudio aleatorizado más reciente (Bühler, Thrul, Strüber, & Orth, 2016) se evaluó la eficacia de una medida de prevención educativa, dirigida por pares, con grupos de adolescentes en entornos de ocio no estructurados. Los autores concluyen que la intervención basada en la educación dirigida por pares en entornos de ocio habría ayudado a los adolescentes a percibir los riesgos relacionados con el alcohol, sentirse aceptados para hablar de problemas de alcohol con sus amigos, y ser más asertivos en la resistencia a consumo de alcohol a corto plazo.

En una revisión sistemática (Rose-Clarke, Bentley, Marston, & Prost, 2019) encontraron 8 estudios que evaluaban la eficacia de intervenciones comunitarias realizadas por pares para reducir el consumo de sustancias en adolescentes de países de ingresos medios o bajos. Cuatro de los ocho estudios que informan de los resultados del consumo de sustancias encontraron efectos positivos. Las intervenciones redujeron el consumo de alcohol entre los jóvenes (OR 0,68 IC 0,49–0,94), y también el riesgo de que los no fumadores se conviertan en fumadores regulares (OR 2.23 CI 1.20–3.85). Estas intervenciones eran de tipo multicomponente y la intervención por pares era uno de los componentes.

Como indican MacArthur et al. (2015) en su trabajo, no se han realizado revisiones sistemáticas centradas únicamente en el impacto de las intervenciones preve

La revisión sistemática y metaanálisis de MacArthur et al. (2015), recoge los resultados de 17 ECAs (ensayos controlados aleatorizados), solamente uno de ellos se llevó a cabo en el ámbito comunitario (Rosenblum et al., 2006) el resto son de ámbito escolar. Dicho estudio también se recoge en la revisión Cochrane de Thomas, Lorenzetti, y Spragins (2011). Los resultados sostienen que la asistencia de los adolescentes, hijos de padre o madre con VIH+, a las sesiones con los compañeros mentores, se asocia con un menor número de conductas de riesgo de consumo de sustancias (tabaco, alcohol y cannabis).

En otro estudio aleatorizado más reciente (Bühler, Thrul, Strüber, & Orth, 2016) se evaluó la eficacia de una medida de prevención educativa, dirigida por pares, con grupos de adolescentes en entornos de ocio no estructurados. Los autores concluyen que la intervención basada en la educación dirigida por pares en entornos de ocio habría ayudado a los adolescentes a percibir los riesgos relacionados con el alcohol, sentirse aceptados para hablar de problemas de alcohol con sus amigos, y ser más asertivos en la resistencia a consumo de alcohol a corto plazo.

 

En una revisión sistemática (Rose-Clarke, Bentley, Marston, & Prost, 2019) encontraron 8 estudios que evaluaban la eficacia de intervenciones comunitarias realizadas por pares para reducir el consumo de sustancias en adolescentes de países de ingresos medios o bajos. Cuatro de los ocho estudios que informan de los resultados del consumo de sustancias encontraron efectos positivos. Las intervenciones redujeron el consumo de alcohol entre los jóvenes (OR 0,68 IC 0,49–0,94), y también el riesgo de que los no fumadores se conviertan en fumadores regulares (OR 2.23 CI 1.20–3.85). Estas intervenciones eran de tipo multicomponente y la intervención por pares era uno de los componentes.

Como indican MacArthur et al. (2015) en su trabajo, no se han realizado revisiones sistemáticas centradas únicamente en el impacto de las intervenciones preventivas dirigidas por pares en la conducta de consumo de sustancias, y no se ha realizado ninguna revisión sistemática sobre el tema en la última década. Por tanto, no se sabe si tales intervenciones podrían ser beneficiosas para prevenir el consumo de sustancias entre los jóvenes, si podrían prevenir comportamientos individuales o múltiples y si cualquier efecto podría cuantificarse.

ntivas dirigidas por pares en la conducta de consumo de sustancias, y no se ha realizado ninguna revisión sistemática sobre el tema en la última década. Por tanto, no se sabe si tales intervenciones podrían ser beneficiosas para prevenir el consumo de sustancias entre los jóvenes, si podrían prevenir comportamientos individuales o múltiples y si cualquier efecto podría cuantificarse.

 

Ideas clave

Aunque las intervenciones dirigidas por pares pueden ser eficaces para prevenir el consumo de tabaco, alcohol y posiblemente el cannabis entre los adolescentes, la base de evidencia que se circunscribe únicamente al ámbito comunitario es limitada, y se caracteriza principalmente por pocos estudios de baja calidad. Por ello, la evidencia es baja, y la efectividad media o baja.

Referencias

Aunque las intervenciones dirigidas por pares pueden ser eficaces para prevenir el consumo de tabaco, alcohol y posiblemente el cannabis entre los adolescentes, la base de evidencia que se circunscribe únicamente al ámbito comunitario es limitada, y se caracteriza principalmente por pocos estudios de baja calidad. Por ello, la evidencia es baja, y la efectividad media o baja.

Leyenda
Evidencia
El nivel de evidencia indica la calidad de las investigaciones que informan sobre la eficacia de la técnica.
La evidencia se representa por el número de líneas con color.
1 línea = No se ha encontrado suficiente evidencia ; 2 líneas = Baja ; 3 líneas= Moderada ; 4 líneas = Alta
Eficacia
La eficacia de la técnica se representa con un código de cuatro colores:
Rojo = Nula
Naranja = Baja
Azul = Media
Verde = Alta