La Asociación Americana de Psiquiatría y la Organización Mundial de la Salud clasifican en sus últimos manuales diagnósticos el juego de apuestas en la categoría de trastorno adictivo (DSM-V, APA 2013; CIE-11, OMS, 2018) . Al igual que ocurre con otras conductas de riesgo o adictivas, la adultez temprana es un periodo de especial vulnerabilidad. Los estudios de prevalencia a nivel internacional han informado que las personas en el grupo de edad de los 20 a los 30 años tienden a tener las tasas más altas de problemas con el juego. Una revisión sistemática de los problemas de juego en todo el mundo indica que la prevalencia de apuestas en el año pasado para adultos varía de 0.1 a 5.8%, dependiendo del país, el instrumento de cribado utilizado y el marco temporal adoptado (Calado y Griffiths 2016). Un reciente meta-analisis (Nowak y Aloe , 2018) estima que la prevalencia de juego problemático entre estudiantes universitarios varía de 3 a 32%, con una tasa promedio estimada de 10%. En España, los indicadores de juego patológico como la “Demanda de Tratamiento” o el “Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego” (Dirección General de Ordenación de Juego) muestran sus tasas más altas en la franja de edad correspondiente a la adultez temprana (18 – 25 años). Las características de este subgrupo: edad legal para juagar, disponibilidad económica, percepción normativa (normalización de la conducta de juego), target publicitario… hacen que la vulnerabilidad sea mayor que en la población general. En España, otros estudios (Jimenez, García, Montero y Perea, 2011; Maqueda y Ruíz-Olivares, 2017), sugieren que un 1%-4% de los estudiantes universitarios presentaría señales de juego problemático, un 5%-6% juego de riesgo, y un 50% juego sin problemas.
Tradicionalmente la prevención del abuso del juego de apuestas se ha dirigido a menores de edad y se ha desarrollado en el ámbito escolar, mientras que las intervenciones dirigidas a población adulta joven son escasas. Se cuenta, por lo tanto, con una incipiente, aunque insuficiente, evidencia sobre la eficacia de estas intervenciones preventivas.
Se ha identificado una única revisión sistemática sobre la efectividad de los programas de prevención destinados a reducir la prevalencia de problemas de juego en adultos jóvenes (Grande?Gosende, et al. 2019). Incluye nueve estudios con tamaños muestrales de 28 a 470 participantes. Todos proceden de EEUU, menos uno que es canadiense. La calidad metodológica de los estudios revisados es en general buena y el riesgo de bias es bajo según el Manual Cochrane para Revisiones Sistemáticas de Intervenciones (Higgins and Green 2011). Aunque la variabilidad entre intervenciones es evidente tanto en el alcance como en las variables evaluadas, los resultados indican una reducción significativa a corto plazo en la ilusión de control y la conducta de juego, y un aumento de la percepción del riesgo.
El tipo de intervención más habitual fue la Prevención Indicada (Institute of Medicine, Division of Mental Health Behavioral Medicine 1990) y la mayoría consistía en una única sesión. Este enfoque marca una diferencia con los programas dirigidos a adolescentes, que en general adoptan el enfoque de Prevención Universal.
La evidencia sobre la eficacia de las intervenciones preventivas dirigidas a adultos jóvenes es escasa e incipiente. Además, la investigación consultada se refiere a intervenciones en paises anglosajones, lo que las conclusiones deben leerse con cautela, teniendo en cuenta las dificultades que supone las adaptaciones culturales.
Tan solo se dispone de una revisión sistemática y escasos estudios con el suficiente rigor metodológico, por lo que no se puede concluir el grado de impacto que tienen los programas de prevención del juego de apuestas.
Tan solo se dispone de una revisión sistemática y escasos estudios con el suficiente rigor metodológico, por lo que no se puede concluir el grado de impacto que tienen los programas de prevención del juego de apuestas.
Calado, F., y Griffiths, M. D. (2016). Problem gambling worldwide: An update and systematic review of empirical research (2000–2015). Journal of Behavioral Addictions, 5(4), 592–613. https ://doi.org/10.1556/2006.5.2016.073.
Dirección General de Ordenación de Juego. Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ). Recuperado de https://www.ordenacionjuego.es/es/rgiaj
Grande?Gosende, A., López?Núñez, C., García?Fernández, G., Derevensky, J y Fernández?Hermida, J.R (2019). Systematic review of preventive programs for reducing problem gambling behaviors among young adults. Journal of Gambling Studies (on-line). 1-22 https://doi.org/10.1007/s10899-019-09866-9
Higgins, J. P. T., & Green, S. (2011). Cochrane handbook for systematic review of interventions version 5.1.0 (updated March 2011). The Cochrane Collaboration. 2011. www.cochr ane-handb ook.org.
Institute of Medicine, Division of Mental Health Behavioral Medicine. (1990). Broadening the base of treatment for alcohol problems. New York: National Academy Press
Jiménez Tallón, M.A., García Montalvo, C., Montero Jiménez, M. & Perea Pérez, M.C. (2011) Estudiantes universitarios y juego patológico. Un estudio empírico en la Universidad de Murcia. Escritos de Psicología, 4 (3).
Maqueda, F. & Ruiz-Olivares, R. (2017). Relación entre juego patológico y consumo de sustancias en una muestra de estudiantes universitarios. Health and Addictions, 17 (2), 17-24