Evidencia

Prevención Escolar del Consumo de Alcohol


Área: Prevención y reducción de riesgos
Ámbito: Universal
Entorno: Educativo
Nivel de evidencia: Alta evidencia
Nivel de eficacia: BAJA MEDIA
Campo de actuación: Alcohol
Destinatario Adolescencia
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Fecha de consulta: 29/03/2024
Descripción de la estrategia

El consumo de alcohol, cannabis y otras drogas en la población constituye un problema de salud pública, con especial incidencia en adolescentes, donde las repercusiones del consumo en esta etapa evolutiva de especial vulnerabilidad son considerables. En este contexto, el consumo de sustancias, sobre todo alcohol, tabaco y cannabis, aparece como un fenómeno estabilizado desde hace años en nuestro país. Así, en cuanto a alcohol, los últimos datos de prevalencia en nuestro país entre jóvenes de 14 a 18 años, según la encuesta ESTUDES 2016-2017 (OEDT, 2018), informan de un consumo en los últimos 12 meses de un 75.6% y de un consumo reciente (en el último mes) de un 67%. Además, este consumo se concentra en los fines de semana y en contextos lúdicos. Un 47.3% realiza binge drinking (consumo rápido e intensivo) (OEDT, 2018).

En nuestro país, la prevención y la reducción de la demanda son prioridades de la Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024, la cual propone que se ha de garantizar la cobertura universal de programas basados en la evidencia y que cumplan con los criterios de calidad. En este sentido, y debido a la necesidad de prevenir de forma temprana, el ámbito escolar ofrece un escenario idóneo para la implementación de intervenciones preventivas, ya que permite trabajar sobre una población homogénea y “cautiva”. Dentro del enfoque de prevención universal, han sido muchos y variados los intentos para reducir los datos anteriormente reseñados.

La heterogeneidad de las intervenciones escolares es alta (Espada, Gonzálvez, Orgilés, Lloret y Guillén-Riquelme, 2015; Onrust, Otten, Lammers y Smit, 2016). Así, los programas revisados varían en su marco teórico (entre otros: Teoría de la Acción Planeada, Teoría de Aprendizaje Social, Modelo de influencia social, Modelo de Educación para la Salud, Modelo de Creencias de Salud, Teoría de Autoeficacia, Teoría de la Influencia Triádica), y/o en ocasiones no se adhieren a principios teóricos (Faggiano et al., 2014; Griffin y Botvin, 2010). También varían en cuanto a su forma de aplicación, el aplicador (e.g. profesorado, policías, personal sanitario, voluntarios, otros adolescentes), el rango de edad al que se dirigen (rango: 4-21 años), su intensidad: dividiéndose en programas cortos (desde 1 sesión) hasta programas extensos (alrededor de 20 sesiones), la duración de las sesiones (oscila entre 10 y 90 minutos) y la periodicidad de las mismas (rango: 1 día – quincenal o mensualmente), así como sus medidas de seguimiento (que varían entre aquellas inferiores a 3 meses, de 3 a 6 meses, 12 meses o incluso superiores a 24).

La evidencia mostrada procede entre otros, de países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia, Alemania, Grecia, Suecia. En nuestro país, destaca el reciente meta-análisis de Espada et al., (2015).

Resumen de la eficacia

Los resultados de las revisiones sistemáticas y meta-análisis, reflejan la heterogeneidad de intervenciones y la variabilidad de edades de la población destinataria, también la calidad de los ensayos (Agabio et al., 2015; Espada et al., 2015 Foxcroft y Tsertsvadze, 2011, Hodder et al., 2017; Strom, Adolfsen, Fossum, Kaiser y Martinussen, 2016). Así, se muestran resultados dispares. Mientras que unos estudios apuntan a alta eficacia, otros no muestran diferencias entre los grupos experimentales y control (Agabio et al., 2015). Una revisión Cochrane sobre 53 estudios aleatorizados Foxcroft y Tsertsvadze, 2011) confirma esta línea de inconsistencia de resultados entre programas, donde 29 de los 53 estudios (55%) no producen cambio estadísticamente significativo, y cuando éste se produce, se muestra pequeña evidencia de eficacia. Sobre todo esta mejora se percibe sobre el consumo abusivo de alcohol, en los grupos experimentales, frente a los grupos control. Por otra parte, esta revisión apunta a la dificultad para comprender qué componentes de los programas son los que causan el potencial beneficio.

Por su parte, otra revisión con meta-análisis  (Strom et al., 2016) sobre 28 estudios controlados aleatorizados y controlados y cobertura de 39.289 participantes (rango edad: 10-18 años) informa de un tamaño de efecto global pequeño, pero consistente (g de Hedges = .22, p <.01). Este efecto global es pequeño y significativo para la cantidad de alcohol consumida (g de Hedges = .29, p <.01). y pequeño y no significativo para la frecuencia de consumo (g de Hedges = .09, p =. 053). Como otras revisiones, también se encuentran trabajos que no obtenían cambio significativo.

Otros autores sugieren que la variabilidad e inconsistencia de resultados aportada por otros meta-análisis podría deberse a que algunos aspectos específicos de los programas escolares podrían ser eficaces en un segmento de edad, pero no en otros (Onrust et al., 2016). En este sentido, analizando 281 programas con una cobertura total de 436.180 estudiantes entre 4 y 21 años, se arroja luz a los resultados anteriormente expuestos, encontrándose tamaños de efecto pequeños en menores en educación primaria (d=-.14), y adolescencia tempana (d =-.10), pero ningún efecto para adolescencia media y adolescencia tardía.

 

En nuestro país, y en línea con lo expuesto hasta ahora, un meta-análisis sobre 21 estudios, 20 de los cuales se enfocaban a alcohol (Espada, et al., 2015), señala un tamaño de efecto global pequeño para este tipo de intervenciones (d = .38, p < .01).

Estas revisiones unen distintos tipos de programas, por lo que se critica su bajo nivel discriminativo. Por ello, otra revisión centrada en factores protectores, y en concreto la resiliencia de los menores para resistir el consumo (entendida como una agrupación de variables personales, psicosociales y familiares), señala que sobre los 12 trabajos analizados en la misma, no se obtienen efectos significativos tras las intervenciones (Hodder et al., 2017).

Respecto a posibles diferencias que moderen la eficacia de los programas, aquellos programas que tenían como marco teórico el Modelo de Educación para la Salud parecía tener mejores resultados, superando la efectividad de la Teoría de la Acción Planeada o la Teoría de Aprendizaje Social (Espada et al., 2015). Para todas las edades, a excepción de la adolescencia media, los componentes basados en entrenamiento en autocontrol y resolución de problemas parecen ser eficaces y beneficiosas (Onrust et al., 2016). Por otra parte, y en cuanto a posibles contenidos específicos de los programas, la revisión Cochrane de Foxcroft y Tsertsvadze (2011), sugeriría que los programas inespecíficos enfocados a sustancias en general tendrían mayor evidencia a su favor que aquellos con componentes específicos sobre alcohol. En este sentido, otra reciente revisión Cochrane centrada en programas que se enfocan a múltiples conductas de riesgo en la adolescencia (MacArthur et al., 2018), y que incluye ocho estudios sobre 8.751 adolescentes, señala que este tipo de intervenciones pueden tener un efecto beneficioso en la probabilidad de consumo de alcohol los grupos experimentales, comparados con los grupos control o con la no-intervención, si bien la calidad de la evidencia es baja/moderada.

También se sugiere que la forma de implementar el programa y el timing (edad sobre la que se implementa el programa), tendría más peso en la efectividad del mismo que los contenidos específicos (Foxcroft y Tsertsvadze, 2011). Sin embargo, otras revisiones no encuentran diferencias en el timing o momento de implementación. Así, no aparecen diferencias significativas entre niveles escolares (educación primaria o secundaria). Tampoco en cuando a la intensidad del programa (Espada et al., 2015; Strom et al., 2016). En cuanto al tipo de aplicador se sugiere que aquellos programas que se implementan de forma conjunta por personal entrenado y profesorado pueden ser más eficaces (Espada et al., 2015).

En cuanto a prevención indicada, las intervenciones breves han mostrado baja evidencia sobre su efectividad en la reducción del consumo habitual y abusivo de alcohol. Los resultados muestran una reducción del consumo frente a los grupos control, pero la calidad de los resultados no permite conclusiones (Carney, Myers, Louw y Okwundu, 2016).

Ideas clave

La bibliografía consultada para la elaboración de esta ficha muestra un efecto pequeño, pero favorable de los programas de Prevención Escolar del Consumo de Alcohol  (Espada et al., 2015; Strom et al, 2016). Los estudios meta-analíticos sobre la eficacia de los programas de prevención escolar concluyen que los efectos suelen ser bajos o moderados (Espada et al., 2015; Faggiano et al., 2014), si bien un efecto bajo puede tener gran impacto debido a la alta cobertura que estos programas pueden llegar a alcanzar.

Preocupa el alto porcentaje de programas que no obtienen resultados significativos. En este sentido, otras revisiones sugieren que la falta de evaluación independiente de estos programas podrían estar sesgando y sobredimensionando sus resultados positivos (Flynn, Falco y Hocini, 2015). Por ello, es necesario seguir ajustando la coherencia de estos programas respecto a sus marcos teóricos y al periodo evolutivo de los menores, evaluando su eficacia según los componentes, contenidos, duración y/o aplicadores (Onrust et al., 2016).

Referencias

Agabio, R., Trincas, G., Floris, F., Mura, G., Sancassiani, F., y Angermeyer, M. C. (2015). A Systematic Review of School-Based Alcohol and other Drug Prevention Programs. Clinical practice and epidemiology in mental health : CP & EMH11(Suppl 1 M6), 102–112. doi:10.2174/1745017901511010102

Carney, T., Myers, B.J., Louw, J., y Okwundu,  C.I. (2016). Brief school-based interventions and behavioural outcomesfor substance-using adolescents. Cochrane Database of Systematic Reviews 2016, Issue 1. Art. No.: CD008969.DOI: 10.1002/14651858.CD008969.pub3

Espada, J.P., Gonzálvez, M.T., Orgilés, M., Lloret, D. y Guillén-Riquelme, A. (2015). Meta-analysis of the effectiveness of school substance abuse prevention programs in Spain. Psicothema, 27(1), 5-12.

Faggiano, F., Minozzi, S., Versino, E., Buscemi, D. (2014). Universal school-based prevention for illicit drug use. Cochrane Database of Systematic, 12. Art. No.: CD003020. DOI: 10.1002/14651858.CD003020.pub3.

Flynn A, Falco M, y Hocini S. (2015). Independent evaluation of middle school-based drug prevention curricula a systematic review. JAMA Pediatrics, 169(11), 1046-1052.

Foxcroft, D. R., y Tsertsvadze, A. (2011). Universal school-based prevention programs for alcohol misuse in young people. Cochrane Database of Systematic Reviews, Issue 5. Art. No.: CD009113. doi:  10.1002/14651858.CD009113.

Griffin, K. W., y Botvin, G. J. (2010). Evidence-based interventions for preventing substance use disorders in adolescents. Child and adolescent psychiatric clinics of North America19(3), 505–526. doi:10.1016/j.chc.2010.03.005

Hodder, R. K., Freund, M., Wolfenden, L., Bowman, J., Nepal, S., Dray, J., … Wiggers, J. (2017). Systematic review of universal school-based “resilience” interventions targeting adolescent tobacco, alcohol or illicit substance use: A meta-analysis. Preventive Medicine, 100, 248–268. DOI:10.1016/j.ypmed.2017.04.003

MacArthur, G., Caldwell, D.M., Redmore, J., Watkins, S.H., Kipping, R., White, J., Chittleborough, C., Langford, R., Er, V., Lingam, R., Pasch, K., Gunnell, D., Hickman, M., y Campbell, R. (2018). Individual-, family-, and school-level interventions targeting multiple risk behaviours in young people. Cochrane Database of Systematic Reviews 2018, 10. Art. No.: CD009927.DOI: 10.1002/14651858.CD009927.pub2.

Observatorio Español de Drogas y Toxicomanías. Plan Nacional sobre Drogas (2018). Encuesta estatal sobre uso de drogas en  estudiantes de  educación  secundaria  (ESTUDES)  2016-2017.  Madrid:  Ministerio del Interior. 

Onrust, S.A., Otten, R., Lammers, J., y Smit, F. (2016). School-based programmes to reduce and prevent substance use in different age groups: What works for whom? Systematic review and meta-regression analysis. Clinical Psychology Review, 44, 45-59.

Strøm, H.K., Adolfsen, F., Fossum, S., Kaiser, S., y Martinussen, M. (2014). Effectiveness of school-based preventive interventions on adolescent alcohol use: a meta-analysis of randomized controlled trials. Substance abuse treatment, prevention, and policy9, 48. doi:10.1186/1747-597X-9-48

Leyenda
Evidencia
El nivel de evidencia indica la calidad de las investigaciones que informan sobre la eficacia de la técnica.
La evidencia se representa por el número de líneas con color.
1 línea = No se ha encontrado suficiente evidencia ; 2 líneas = Baja ; 3 líneas= Moderada ; 4 líneas = Alta
Eficacia
La eficacia de la técnica se representa con un código de cuatro colores:
Rojo = Nula
Naranja = Baja
Azul = Media
Verde = Alta