Evidencia

Análisis o control de sustancias


Área: Prevención y reducción de riesgos
Ámbito: Selectiva
Entorno: Ocio
Nivel de evidencia: Media evidencia
Nivel de eficacia: NULA
Campo de actuación: Drogas de síntesis, Opiáceos
Destinatario Adolescencia - Juventud
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Fecha de consulta: 19/04/2024
Descripción de la estrategia

El término "análisis de drogas" se refiere a un servicio que permite a las personas que usan drogas analizar químicamente las sustancias adquiridas en la calle y recibir un asesoramiento individualizado y basado en hechos sobre los contenidos y riesgos asociados de los compuestos detectados en las muestras. La comprobación de sustancias se puede llevar a cabo utilizando diferentes tecnologías, muchas de las cuales se emplean habitualmente en las pruebas forenses, bien en un laboratorio estacionario, donde las muestras se dejan o se envían para su análisis, o en una ubicación in situ, donde los clientes pueden traer muestras para analizar antes del consumo. Algunos de estos servicios de control de drogas incorporan un componente de asesoramiento breve, a la vez que permiten a los usuarios del servicio mantener su anonimato. A menudo sirve como un contacto inicial con otros servicios de salud (Barratt, Kowalski, Maier, & Ritter, 2018; T. Brunt, 2017).

 

Los análisis de drogas se introdujeron a principios de la década de 1990 como una nueva estrategia para reducir los daños asociados con el uso de sustancias psicoactivas sintéticas novedosas, y a veces peligrosas, en ambientes recreativos en toda Europa. Estos programas de análisis de drogas se unieron en redes para compartir y aunar información. Así, uno de los últimos esfuerzos de colaboración internacional para combinar datos de sistemas de pruebas de drogas, es el proyecto de información sobre drogas transeuropeo (TEDI) (T. M. Brunt et al., 2017). Los sistemas de análisis de drogas de España, Suiza, Bélgica, Austria, Portugal y los Países Bajos participaron en este proyecto. Además de comunicar los resultados del análisis a los usuarios del servicio, estas redes de control de sustancias mantienen actualizadas las bases de datos de sustancias psicoactivas nuevas y existentes. Estos datos sirven como un factor rector en la formulación de políticas y las actividades de reducción de daños a escala poblacional. Así, cuando se identifican muestras de drogas particularmente peligrosas, se pueden emitir alertas públicas ad hoc y desarrollar intervenciones concretas de reducción de daños (Vidal Giné et al., 2017)

 

Actualmente, la estrategia de análisis de drogas parece haber cobrado una especial relevancia en la prevención de muertes por sobredosis de opiáceos, principalmente debidas a la presencia de fentanilo o derivados en las sustancias consumidas, más allá del contexto europeo y con una modalidad añadida, las tiras reactivas para que los propios usuarios puedan comprobar si el opiáceo que van a consumir tiene fentanilo añadido (Bardwell & Kerr, 2018; Goldman et al., 2019; McGowan, Harris, Platt, Hope, & Rhodes, 2018; Quintana et al., 2017; UNODC, 2019).

Resumen de la eficacia

Citando a Calafat, Juan y Duch (2009) «Intervenciones que han sido muy populares como proporcionar información o el testado de pastillas no están avaladas por la investigación.»

 

O como señala Brunt (2017, pág. 17) en las conclusiones de su informe, después de enumerar los argumentos a favor de la implementación de servicios de análisis de drogas, «Lo que no significa que estos argumentos a favor de los análisis de drogas deban considerarse evidencia científica de su eficacia, aunque tales consideraciones podrían ser útiles para los que deliberan sobre introducir o no dichos servicios.»

 

Por otra parte, el trabajo de Barratt et al. (2018), sí refuta alguna de las críticas a este tipo de intervención y apuntan que la mayoría de los servicios son capaces de identificar múltiples sustancias, mientras que, poco menos de la mitad de los servicios son capaces de cuantificar múltiples sustancias (es decir, proporcionando información sobre grado de pureza o dosificación), niveles de detalle mayores de los que las críticas les atribuían (Calafat et al., 2009). Y los tiempos de espera de los resultados no sobrepasan los 30 minutos por término medio.

 

Por otra parte, en cuanto al objetivo de evitar las muertes por sobredosis de opiáceos debidas a la adulteración con fentanilo, encontramos el trabajo de Karamouzian et al. (2018), un estudio que incluía la posibilidad de analizar la droga que iban a consumir los usuarios de un servicio de inyección supervisada. Aunque fueron pocos los que aceptaron el análisis, el 80% de los análisis realizados encontraron contaminación de la droga por fentanilo y los usuarios informados del positivo a fentanilo, redujeron las dosis en mayor medida que los que tuvieron un resultado negativo en fentanilo. Por otra parte, Goldman et al. (2019) en un estudio piloto cualitativo, entrenaron a los participantes a usar las tiras reactivas para la detección de fentanilo. El 87% de los participantes las utilizaron, incluso informaron que había dado algún reactivo a amigos que pensaban que podían estar en riesgo de sobredosis.

 

Los resultados apuntan a que los análisis para la detección de fentanilo pueden ser una estrategia útil y efectiva para prevenir las sobredosis de opiáceos.

Ideas clave

En cuanto al nivel de evidencia, según los estudios analizados, se concluye, como apunta Calafat et al. (2009), que no hay evidencia científica respecto a la eficacia, quizá por falta de concreción de objetivos sobre los que probar la efectividad (¿para qué es efectivo el análisis de sustancias? ¿para prevenir sobredosis, para crear alertas de adulteración…?) o por la dificultad de los entornos de ocio para realizar estudios controlados. En este sentido, Ventura et al. (2013) titulan un apartado del Drug Checking Service Good Practice Standars, como «La falta de evidencia científica» y lo terminan diciendo «La falta de evidencia científica debe hacernos cautelosos, pero tampoco debe disuadirnos de tomar medidas.»

 

En el caso de la detección de fentanilo, el objetivo está más definido y comienzan a aparecer estudios sobre su eficacia para la prevención de sobredosis por adulteración de los opiáceos con fentanilo.

 

Por otra parte, por el tipo de estudios analizados, la calidad de la evidencia es media.

Referencias

Bardwell, G., & Kerr, T. (2018). Drug checking: a potential solution to the opioid overdose epidemic? Substance Abuse Treatment, Prevention, and Policy, 13(1), 20. https://doi.org/10.1186/s13011-018-0156-3

Barratt, M. J., Kowalski, M., Maier, L. J., & Ritter, A. (2018). Global review of drug checking services operating in 2017. Drug Policy Modelling Program Bulletin (Vol. 24). Recuperado de https://ndarc.med.unsw.edu.au/sites/default/files/ndarc/resources/Global review of drug checking services operating in 2017.pdf

Brunt, T. (2017). Drug checking as a harm reduction tool for recreational drug users: opportunities and challenges Background paper commissioned by the EMCDDA for Health and social responses to drug problems: a European guide Drug checking as a harm reduction tool for recr. Recuperado de http://www.emcdda.europa.eu/system/files/attachments/6339/EuropeanResponsesGuide2017_BackgroundPaper-Drug-checking-harm-reduction_0.pdf

Brunt, T. M., Nagy, C., Bücheli, A., Martins, D., Ugarte, M., Beduwe, C., & Ventura Vilamala, M. (2017). Drug testing in Europe: monitoring results of the Trans European Drug Information (TEDI) project. Drug Testing and Analysis, 9(2), 188-198. https://doi.org/10.1002/dta.1954

Calafat, A., Juan, M., & Duch, M. A. (2009). Preventive interventions in nightlife: a review. Adicciones, 21(4), 387-413. Recuperado de http://www.irefrea.eu/uploads/PDF/Calafat et al_2009.pdf

Goldman, J. E., Waye, K. M., Periera, K. A., Krieger, M. S., Yedinak, J. L., & Marshall, B. D. L. (2019). Perspectives on rapid fentanyl test strips as a harm reduction practice among young adults who use drugs: a qualitative study. Harm Reduction Journal, 16(1). https://doi.org/10.1186/s12954-018-0276-0

Karamouzian, M., Dohoo, C., Forsting, S., McNeil, R., Kerr, T., & Lysyshyn, M. (2018). Evaluation of a fentanyl drug checking service for clients of a supervised injection facility, Vancouver, Canada. Harm Reduction Journal, 15(1), 46. https://doi.org/10.1186/s12954-018-0252-8

McGowan, C. R., Harris, M., Platt, L., Hope, V., & Rhodes, T. (2018). Fentanyl self-testing outside supervised injection settings to prevent opioid overdose: Do we know enough to promote it? International Journal of Drug Policy, 58, 31-36. https://doi.org/10.1016/J.DRUGPO.2018.04.017

Quintana, P., Ventura, M., Grifell, M., Palma, A., Galindo, L., Fornís, I., … Torrens, M. (2017). The hidden web and the fentanyl problem: Detection of ocfentanil as an adulterant in heroin. International Journal of Drug Policy, 40, 78-83. https://doi.org/10.1016/j.drugpo.2016.10.006

UNODC. (2019). Understanding the global opioid crisis. Vienna. Recuperado de https://www.unodc.org/documents/scientific/Global_SMART_21_web_new.pdf

Ventura, M., Noijen, J., Bücheli, A., Isvy, A., van Huyck, C., Martins, D., … Valente, H. (2013). Drug Checking Service Good Practice Standards D. Recuperado 15 de junio de 2019, de www.safernightlife.org

Vidal Giné, C., Ventura Vilamala, M., Measham, F., Brunt, T. M., Bücheli, A., Paulos, C., … Barratt, M. J. (2017). The utility of drug checking services as monitoring tools and more: A response to Pirona et al. https://doi.org/10.1016/j.drugpo.2017.05.018

Leyenda
Evidencia
El nivel de evidencia indica la calidad de las investigaciones que informan sobre la eficacia de la técnica.
La evidencia se representa por el número de líneas con color.
1 línea = No se ha encontrado suficiente evidencia ; 2 líneas = Baja ; 3 líneas= Moderada ; 4 líneas = Alta
Eficacia
La eficacia de la técnica se representa con un código de cuatro colores:
Rojo = Nula
Naranja = Baja
Azul = Media
Verde = Alta